
Hoy es el día, el ejemplo de la celebración de un acto social en el que , el protocolo, la indumentaria y la comunicación no verbal suman la esencia de la imagen profesional.
Colocar en una balanza estos tres factores (que suman) y conseguir su equilibrio, hace que un evento o acto profesional o social tenga un buen resultado.
No seré yo quien encuentre falta al protocolo del acto. Recordar que seguir el protocolo no deja de ser organizar, ordenar un evento que tiene una hora de principio y fin y con un objetivo.
Sólo unas pinceladas, que el Rey y su familia, salude o no, haga su recorrido de coche de pie o sentado, tenga muestras de afecto etc. no rompe el protocolo, no se salta el protocolo.
Respecto a los estilismos, la Reina Letizia ha acertado en su indumentaria, el color blanco roto le favorece y la línea y forma de su abrigo-vestido ideal para su silueta, ha conseguido no transmitir fragilidad, conservando su linealidad, atemporal y luciendo un color apropiado al evento.
Los complementos adecuados, incluso la cartera de mano criticada por su tamaño. Sus joyas nada ostentosas acorde a su estilo personal.
En mi opinión falló en su peinado, una trenza floja, o un semi-recogido que tanto le favorecen habría sido más acertado. La hubiera diferenciado de sus hijas.. en algún momento parecía más su hermana mayor.
La princesa Leonor y la infanta Sofía lucen unos vestidos actuales, y favorecedores, genial para su edad. Un vestido que cualquiera podemos comprar para nuestras hijas. Un acierto total.
El Rey Felipe, no falla nunca, y en esta ocasión tampoco. Fiel a los uniformes militares, como el protocolo apunta, ha elegido el más favorecedor y además tiene porte.
Respecto a la comunicación no verbal y observado desde un prisma profesional, los reyes han transmitido cercanía y complicidad, la Reina Letizia tan criticada por su actitud distante ha conseguido con las muestras de afecto hacia toda la familia, transmitir afabilidad ; se aprecia que están cómodos y relajados.